Espacio Libertario para la Educación

Monday, November 20, 2006

Congreso Nacional de Estudiantes Secundarios: la ultima farsa de la representatividad de bases.

Hasta hace dos días atrás, el martes 14 de noviembre, estaba confirmada la realización de un congreso nacional de estudiantes secundarios donde se establecerían con representantes del estudiantado de bases de todo el país, las directrices a seguir en lo que queda del año lectivo, por lo tanto, de la coyuntura por las reivindicaciones estudiantiles demandadas desde fines de mayo del presente año. Dicho congreso estaba destinado a realizarse en la comuna de Lota, octava región los días 17, 18 y 19 de noviembre, y participarían aproximadamente treinta representantes de cada región del país, 50 de la región metropolitana por asuntos de proporcionalidad en la población estudiantil, quince para las comunidades indígenas y quince para los centros de estudios integrales para adultos (CEIA). A ultima hora se informo que debido a la insuficiente confirmación de las regiones (solo siete), el congreso debió posponerse hasta el fin de semana próximo, del 24 al 26 de noviembre en Valparaiso.

En la quinta región, el contexto previo al congreso nacional estuvo cargado de una somera organización lo que causó que la información difundida para el buen desempeño y elección de los representantes de las bases fuera dudosa en todo su proceso. La ausencia y descoordinación del trabajo inter-comunal y provincial para llegar a conclusiones consensuadas y presentar un proyecto político concreto en el congreso, y el manejo selectivo de la información para solicitar los cupos, son factores que poco a poco pusieron al descubierto la tónica de la discusión nacional concentrada en la instancia de congreso. Y si a esto le agregamos el toque de institucionalidad, el financiamiento otorgado por el MinEduc y el preestablecimiento de los temas a discutir como una imposición a las bases, así como la orgánica y la ausencia de comunicación y relación interregional previa al congreso, denotan una reproducción del discurso dominante en la plataforma estudiantil muy similar al consejo asesor presidencial, a nivel micro y dirigido desde la reproducción del discurso de educación de mercado con sus variaciones correspondientes en la derecha, que defiende la conservación del sistema educacional de libre mercado y una izquierda tradicional, que mediante la intervención de espacios institucionalizados busca la inclusión de los sectores de izquierda partidista en la clase política chilena, junto a grupos minoritarios, que en mayo presentaron una prematura contrapropuesta político-educacional alternativa al modelo vigente, pero que hoy en día se ha reducido a ganar el espacio político imaginario, convirtiéndose en una especie de reformismo radical, pero con una intención muy lejana a la elaboración de políticas estudiantiles o educacionales, sino como antes se mencionara, la conquista del espacio político de masas para alcanzar un protagonismo dentro de la clase política chilena.

El conflicto en la actualidad, ha seguido el conducto regular manifestado en todas las regiones del país destacándose las diferencias entre las bases estudiantiles y las cúpulas dirigenciales. En la comuna de Quilpué, la inexistencia de una instancia que coordinara las acciones de los establecimientos educacionales, volvió el proceso de selección de cupos para integrarse a la discusión nacional en Lota complicado como intransparente, pues se presento la programación del congreso solo en la coordinadora que reúne a los liceos municipalizados (alrededor de seis establecimientos), marginando a un numero no menor de colegios, que varia de 16 a 20 colegios particulares subvencionados que participaban en la Coordinadora de Estudiantes Secundarios de Quilpué (CES), donde también convergían las opiniones de la asamblea municipal mediante su participación en la CES. Después de una inactividad del trabajo colectivo de la comuna, la CES desapareció como punto de reunión y las bases siguieron desempeñando sus labores y tareas por si mismas. Quien estaba encargado de distribuir los escasos cupos para participar del congreso en las comunas de Quilpué (que recibió solo tres cupos), Viña del Mar, Valparaíso y Villa Alemana, era el vocero regional y miembro del consejo asesor presidencial, Luis Toro, que se dirigió únicamente a la asamblea de establecimientos municipalizados de Quilpué. El conflicto se produciría cuando estudiantes de colegios subvencionados particulares que sabían de la existencia del congreso solicitaron su cupo para participar y éste fue rechazado al estar la lista que correspondía a la comuna copada en su totalidad. Las respuestas y justificaciones entregadas por el vocero regional Luis Toro fue que quienes en un principio habían solicitado los cupos sí cumplían con la representación real de las bases mientras que quienes estaban pidiendo el cupo y habían sido rechazados, no tenían derecho a participar de la instancia ya figuraban en una coordinadora donde la representación estaba falseada y que en su mayoría, estaba conformada por actores no representativos de los intereses específicos de un sector político, no respondiendo así a una necesidad desde las bases sino que desde organizaciones a los espacios estudiantiles predeterminados. Si bien la militancia en distintas plataformas por parte de los estudiantes no es novedad ni en Quilpué ni en ningún lugar del país, el factor que agrava la discusión es la relación directa que manifiesta el vocero regional entre una lucha del poder y el protagonismo mencionado al inicio de este artículo. El afectado que recepto las palabras de Toro mediante vía telefónica, manifestó su descontento, principalmente por que había solicitado el cupo para recibir consejo y responder a las dudas emanadas desde su base, como también para complementar con su experiencia de base en la elaboración de las directrices a fijarse en el congreso. Por lo demás, destacó que el comentario de Toro no va a lugar bajo ninguna circunstancia, pues no había razones más que las anteriormente mencionadas para solicitar el cupo. Minutos después, nuevamente vía telefónica, la decisión del vocero regional fue entregar dos cupos mas para la comuna de Quilpue, siempre haciendo hincapié que los cupos que estaban asegurados para una organización, serian transferidos para la participación de otra.

Esta paranoia que se expande en la realidad del estudiantado a lo largo de la comuna, ciertamente pone en duda cual es la real intención del congreso, primero por la escasa cantidad de cupos disponibles en las comunas, las cuales ni en el caso mas preparado, podrían representar el criterio de los estudiantes, que solo en Quilpué alcanzan el numero de 50.000. Acto seguido, el congreso de estudiantes secundarios en ningún momento se planteó exclusivamente para resolver las problemáticas de las instancias coordinadoras de cada comuna, sino que para el estudiantado de bases, lo que hace contradicción con el criterio dispuesto por la vocería regional para distribuir los cupos en Quilpué. Pero lo más grave de todo el asunto viene a ser el hecho que el vocero regional se armara de fuerzas para sobrellevar la decisión tomada por las bases. En este caso poco importa si representan a una o a seis, pues en ninguna de las dos alcanza la totalidad de la representación, caso similar puede encontrarse en las comunas de viña y Valparaíso, donde la participación en las asambleas es mucho menor en proporción con los estudiantes de cada liceo. Si el estudiantado presenta la inquietud de manifestarse a nivel nacional sobre las carencias y proyectos futuros en pos de la mejora del modelo educativo, no hace falta mayor indagación sobre quienes están representándolos. Comúnmente, la homogenización de corrientes o tendencias en las discusiones, es utilizada desde la selección de los integrantes del congreso hasta la predeterminación de los temas en la discusión nacional, lo que hace que las resoluciones tomen un rumbo que, casi por milagro, favorece a cierto sector que posiblemente vio su protagonismo en peligro reflejado en la posible participación de otros sectores políticos antagonistas, en la lucha por espacio político de masas en el congreso. El caso mas notorio, obviando al parlamento y las instituciones estatales, son las federaciones de estudiantes universitarios, donde el plan presentado por la lista elegida genera discordancia con la población universitaria y mantienen a estos dos sujetos en permanente conflicto. Inmediatamente se nos viene a la memoria el episodio del Año 2005 donde la negociación por el arancel diferenciado y la acreditación universitaria se tradujo en un malestar generalizado en las líneas de la enseñanza superior, al optar la federación por aceptar la oferta entregada por el gobierno mientras los universitarios en general la rechazaban desde los inicios del conflicto.

Cuando nos enfocamos en la composición humana como organizacional del congreso, que seguramente se habrá planteado en la misma tónica de las movilizaciones estudiantiles, es donde encontramos una característica fundamental para comprender la génesis de estas contradicciones entre la supuesta democracia directa manifestada por el estudiantado y la simple reproducción del discurso dominante: mientras la vanguardia dirigencial y militante de cada una de las organizaciones ve en la plataforma educacional un espacio para catapultarse hacia la clase política, en el movimiento estudiantil de masas, ésta sigue siendo esta la alternativa para solucionar las diversas problemáticas educacionales que los atañen, no así el espacio generador de una orgánica para solucionarlos. Las resoluciones siguen tomándose en espacios selectos donde solamente la cúpula de dirigentes aúna criterios que, en teoría, son la síntesis y el reflejo del poder que sostienen las bases. Y el estancamiento es notable: el movimiento estudiantil sigue chupando la teta del gobierno y los aparatos represivos de medios masivos para difundir su lineamiento (precario y muy parecido en su esencia a las amarras constitucionales que dispuso la dictadura en la actual LOCE y la constitución, sólo que en un espacio de mercado diverso y pluralista), se financia a través del Ministerio de Educación para concretizar sus proyectos colectivos(como en el caso del congreso) y complementando su actitud creadora pasiva con la participación de la ANES en el Consejo Asesor Presidencial para la Educación, negociando las demandas y elaborando otras nuevas en un circulo más cerrado aún. Así una gran parte de lo que en un principio de la coyuntura pareció ser la luz de un nuevo proceso contra-hegemónico en la sociedad, con el pasar del tiempo fue desplazado gracias a las maquinaciones políticas realizadas por los aparatos represores de la súper-estructura, que van desde lo mas general hasta lo estrictamente especifico, es decir, desde los medios de comunicación, fuerzas de orden público, direcciones escolares, docentes y los centros de estudiantes entre otros, y reemplazado por instancias donde se abren los espacios del mercado hacia focos de libre expresión pero que permanecen estáticos durante toda su existencia, pues aunque como masa descontenta, los estudiantes son capaces de generar un golpe mediático a través del espectáculo noticioso, no fueron capaces de crear alternativas concretas para la educación, mucho menos la conformación de una red de apoyo en torno a otros agentes críticos no solo en el ámbito educacional, sino que proyectándose hacia un proceso de construcción social. Finalmente, la “revolución pingüina” se originó absorbida en el modelo educacional de libre mercado, gestionando nada mas que un corral de pataleo bajo circunstancias que dentro del sistema neoliberal, no son controlables por el movimiento estudiantil, mas solamente por los aparatos represores del estado, convirtiéndose, en el ocaso de la coyuntura, en un inversionista de la educación de mercado, quien sabe, por la represión impuesta desde los aparatos de estado, por simple casualidad o por intereses creados desde las tendencias partidistas.

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